- La mitad de la población española tiene bajos niveles en vitamina D en sangre. Trabajar en el interior y una alimentación deficitaria son algunas de las causas.
Leyendo el otro día la prensa me llamó la atención una imagen: los jugadores de la selección española, sin camiseta, disfrutando de sol. El pie de foto de la instantánea era algo así como: «Luis Enrique carga de vitamina D a la selección española».
No me gusta Luis Enrique. Nunca me ha gustado ni como jugador ni ahora como seleccionador. Sin embargo, el hecho de darle la importancia que tiene al sol, y por ende a la vitamina D, merecen un aplauso, por lo menos para darle visibilidad ante la opinión pública. La luz natural de la que disponemos en nuestro país, es fuente de innumerables beneficios.
Sin embargo y como dato demoledor, el 50% de la población española, tiene niveles bajos de vitamina D en sangre. Los que trabajamos en interior todo el día, la reducción de horas de luz y en algunos casos, una alimentación deficitaria pueden ser las causas. Gente aparentemente sana puede llevarse una sorpresa en la analítica rutinaria y tener niveles bajos de vitamina D.
La luz solar es muy necesaria a pesar de que últimamente tiene mala prensa. Como todo en la vida, los excesos son malos y el sol, sin la debida precaución y en una cuantía exagerada, puede ser perjudicial. Entre los efectos positivos del sol está que favorece el aporte de calcio a nuestros huesos debido a que en la piel, el sol activa a la vitamina D que es la encargada de que el calcio que ingerimos, sea transportado al hueso, haciendo que estos sean más fuertes al igual que nuestros dientes.
A su vez, contribuye a aumentar los niveles de testosterona, lo que promueve una mayor actividad sexual. La luz solar también contribuye a tener un efecto antidepresivo y ansiolítico. Ya se sabe que en los países nórdicos, la carencia de luz solar la suplen con fármacos, terapias o alcohol.
Sin embargo, hay que tomarlo con la precaución debida, ya que hacerlo en horas centrales y sin protección, supone un riesgo importante para la piel.
Beneficios
La luz solar permite producir vitamina D3, que actúa en mecanismos relacionados con la absorción de calcio y la deposición de calcio en los huesos. Entre las funciones de la vitamina D se encuentran: facilitar la absorción de calcio a nivel del tracto intestinal, ruptura y asimilación del fósforo, necesario para la formación de huesos.
Bastan cinco o diez minutos de sol, dos o tres veces por semana para recargar los depósitos de vitamina D. En nuestra área geográfica es muy fácil de conseguir, pues contamos con sol todo el año, pero en los países con menos horas de sol, hay más incidencia de raquitismo en los niños y osteoporosis y osteomalacia en los adultos.
Estudios recientes han concluido que la vitamina D reduce la posibilidad de infectarse de coronavirus y también reduce la severidad de la infección (algo que nos parece lejano, pero que ya veremos). Los pacientes con niveles bajos de Vitamina D tienen más del doble de posibilidades de contraer la infección que aquellos con valores dentro de la normalidad. No sólo el coronavirus, sino infectarse de un catarro o una gripe. La razón es bien simple: la vitamina D es un buen activador del sistema inmunitario.
En un estudio de la Universidad de Granada se trataron 50 pacientes infectados de coronavirus con dosis altas de vitamina D; de ellos, solamente uno precisó su ingreso en la UCI. En cambio, en otro grupo de 26 enfermos a los que no se les administró la vitamina D, trece de ellos precisó ingreso en UCI. Otro estudio en un hospital de Milán reveló que, todos los pacientes muy graves por coronavirus tenían niveles bajos de esta vitamina, frente a aquellos ingresados con síntomas menores cuyos niveles de vitamina D entraban dentro de la normalidad.
Al parecer, uno de los problemas de la infección por coronavirus es la brutal respuesta inflamatoria que genera nuestro propio organismo, como si el sistema inmune se volviera loco y provocara tal respuesta que genera daños a nuestro propio organismo. La vitamina D regula esa respuesta inflamatoria para que no sea exacerbada ni desproporcionada.
¿Cómo se conocen los niveles?
Mediante un sencillo análisis de sangre, se pueden ver los niveles de vitamina D en sangre. La 25 hidroxivitamina D y 1’25 dihidroxivitamina D: se pueden encontrar disminuidas en pacientes fumadores, en las que tengan una baja ingesta de vitamina D o en las que la producción renal se encuentre reducida.
¿Dónde se encuentra?
Todas aquellas personas con una alimentación saludable y equilibrada, sin hábitos tóxicos y que salgan a hacer ejercicio al aire libre, tendrán unos niveles de vitamina D normales. Basta con exponer nuestra piel al sol durante cinco-diez minutos para poder llenar los depósitos.
Otra opción es tomar suplementos de vitamina D y calcio. Con una dosis entre 1000-3000 UI de vitamina D al día, es más que suficiente. Ojo porque a pesar de vivir en un país con muchas horas de sol, España tiene unos niveles de vitamina D bajos para lo que debería ser.
Si tiene dudas, hable con su médico de cabecera y que le realice una analítica. Si los valores son bajos, por debajo de 20, debería tomar vitamina D extra. Así, se protege mejor frente a enfermedades infeccionas y también frente a una fractura por huesos frágiles.
La solución es muy sencilla: mayor exposición a la luz solar y suplementos de calcio con vitamina D (sencillos comprimidos que se toman una vez al día).
Salga a caminar, correr o hacer algún tipo de ejercicio, sobre todo ahora en otoño/invierno donde apetece que el sol nos acaricie la piel. Su cerebro, sus huesos y su sistema inmune se lo agradecerán.