- La ‘terapia’ más sencilla, económica y accesible para mejorar la vida sexual es practicar ejercicio.
- El ejercicio físico proporciona una mayor satisfacción sexual y una vida más plena y satisfactoria en esta faceta.
Un reciente estudio ha revisado a más de mil varones que presentan disfunción eréctil y que precisan de la pastilla azul para poder tener relaciones sexuales.
Pues bien, se dividieron en dos grupos: el primero lo formaron hombres que salían a caminar de 3 a 5 veces por semana, de forma vigorosa. El otro grupo lo constituían varones sedentarios. Aquellos que realizaron ejercicio, incrementaron su libido y efectividad sexual a niveles similares a la toma de viagra. En cambio, el grupo sedentario no refirió cambios.
Ejercicio físico
La ‘terapia’ más sencilla, económica y accesible para mejorar la vida sexual: practicar ejercicio. La práctica de ejercicio físico es una actividad cada vez más presente en la vida diaria de buena parte de la población.
Los cánones de belleza impuestos por la sociedad actual y la búsqueda de hábitos de vida más saludables a cualquier edad son dos de los motivos de peso que se esconden detrás de esta nueva realidad
Otro llega de la mano de la comunidad científica que desde hace tiempo trata de hacer llegar a la ciudadanía un mensaje claro y unánime: la necesidad de mantener una actividad física regular como el primer paso, y uno de los más eficaces, para prolongar la vida en las mejores condiciones físicas y psíquicas posibles.
Porque el ejercicio protege la salud del corazón, previene el desarrollo de diabetes, mejora la circulación y la función pulmonar, ayuda a reducir el riesgo de depresión y ansiedad, además de mantener el peso a raya.
Sin embargo, la obtención de todos estos beneficios con tan sólo ‘moverse’ varias veces a la semana no siempre consigue estimular a los pacientes. Tal vez, si todos ellos supieran que la práctica de deporte regular contribuye a mejorar notablemente su vida sexual, se lo piensen dos veces.
De hecho, se sabe que en varones sedentarios, la actividad física contribuye a mejorar la salud sexual gracias a su papel en la prevención de la disfunción eréctil, una patología que se asocia con frecuencia a la edad y/o a patologías metabólicas como la diabetes.
En el caso del sexo contrario, el ejercicio ayuda a mejorar el tono muscular pélvico, una región que se resiente con frecuencia tras la maternidad, además de prevenir, tal y como han demostrado los estudios científicos, la incontinencia urinaria y aumentar el apetito sexual.
¿Se puede afirmar, no obstante, que el ejercicio físico proporciona una mayor satisfacción sexual o que las personas más activas y que practican ejercicio son más sanos y por tanto tienen una vida sexual más plena y satisfactoria? Ambas hipótesis son certeras.
Por ejemplo, pese a que se ha alimentado el mito de que los pacientes víctimas de un infarto de miocardio o un ictus deberían abstener de mantener relaciones sexuales, los últimos hallazgos científicos echan por tierra esta teoría. Máxime en los casos en los que los afectados se incorporan paulatinamente a su vida cotidiana y siguen las recomendaciones médicas posteriores a un evento, que incluyen, entre otras, la adhesión al ejercicio físico.
Sin embargo, es cierto que la práctica de sexo ocasional en personas con historial de enfermedad cardiaca o en pacientes en los que la patología es silente, es decir, aún no ha dado síntomas, pero las puede incrementar, como el riesgo de sufrir una muerte súbita, un primer episodio o nuevos eventos cardiacos.
Una mejora en más aspectos
Otra verdad: el ejercicio disminuye la ansiedad, la depresión, la tensión y la hostilidad. Mejora, por tanto, el control del estrés personal y laboral. Hay hasta cuatro neurotransmisores básicos que se relacionan con el estado de ánimo: epinefrina, dopamina, serotonina y las conocidas endorfinas. La epinefrina, perteneciente al grupo de la adrenalina, es la encargada del estado de alerta. Aunque las más importantes son la serotonina y la dopamina.
Respecto a la primera, es el antídoto contra la depresión ya que eleva la moral y el estado de ánimo. Pero se encuentra por debajo de sus niveles normales en situaciones de estrés y ansiedad, o si nuestra dieta es rica en ácidos grasos y pobre en carbohidratos.
Por su parte, la dopamina es la responsable del ciclo sueño/vigilia. Sus niveles se alteran en situaciones parecidas a la serotonina, no en vano están muy relacionadas.
Cuando la serotonina aumenta en el cerebro, lo hace también la dopamina. Estos dos neurotransmisores se elevan durante la práctica de ejercicio de intensidad moderada, pero relativamente prolongada, como sucede con la carrera, la bicicleta, la natación o caminar.
Y ya se sabe a mejor humor y menos depresión más posibilidades de mantener o elevar la libido. De hecho, el deporte aumenta el deseo a través de otro mecanismo: las endorfinas. Son las sustancias encargadas de aliviar del dolor tras la realización de un esfuerzo, y las responsables de esa sensación de cansancio placentero tras un ejercicio intenso.
Son los analgésicos naturales que fluyen por nuestros capilares una vez terminamos el entrenamiento. Cuanto más regulares seamos en el hábito saludables, más endorfinas segregaremos y más bienestar percibirán nuestros músculos y articulaciones y, en consecuencia, más apetecible resultará la práctica sexual.
Se sabe que durante el orgasmo, el varón libera testosterona, lo que durante años se asoció a agresividad, de ahí que estuviera extendido el mito de no practicar sexo la noche antes de un partido o de una competición porque resultaba perjudicial: disminución de la agresividad, aumento de la fatiga muscular y reducción en la atención.
Sin embargo, los últimos trabajos, como el realizado por investigadores de Eramus Universitaite Rotterdam (Países Bajos) y publicado en Psychological Scienceestablecen que la liberación de la hormona contribuye a un mayor juicio a la hora de tomar decisiones y a un comportamiento más prosocial.
Hoy en día se acepta que las relaciones sexuales la noche antes del ejercicio físico intenso no tienen ninguna repercusión en el rendimiento posterior. Incluso un campeón de los cinco mil metros dijo: “El sexo te hace feliz y nadie corre el 1.500 en 3:30 siendo infeliz”.
Otro estudio, es esta ocasión de la Loyola University Health System, ha demostrado que la práctica de Yoga favorece las relaciones sexuales cuando se practica en pareja al lograr fortalecer la confianza, la relajación y la diversión. A partir de aquí, sólo queda tomar la decisión y recordar que la práctica de ejercicio físico puede hacer mucho o casi todo por su salud, incluida la sexual.