Los principios son los mismos que la para la cadera. Los objetivos básicos son reconstruir la articulación con implantes biomecánicamente estables, que permitan apoyo inmediato, espacios en flexión y extensión iguales con estabilidad ligamentosa y restitución de la interlínea articular.
El nivel de actividad del paciente o la esperanza de vida son fundamentales para decidir el tipo de reconstrucción. Ha de tenerse en cuenta que las radiografías convencionales tienden a infravalorar la pérdida ósea. En pacientes jóvenes y activos es preferible la restitución ósea, en gente mayor menos activa se prefiere el uso de cuñas o hemibloques.
Lo primero es diagnosticar la causa del dolor y los pasos para la retirada del impante y reconstrucción son:
1.- Selección del tipo de implante.
La selección del componente apropiado afecta a la supervivencia de la reconstrucción. La estabilidad intrínseca de un implante viene determinada por el grado de conformidad de sus superficies y por el grado de constricción.
En ausencia de ligamentos colateral medial, lesión crónica asociada del mecanismo extensor, inestabilidad de los componentes o pérdida ósea masiva, la indicación es un modelo de bisagra rotatoria. Con la nueva generación de bisagras rotacionales la supervivencia a los 15 años puede alcanzar el 80%.
Una prótesis a medida puede estar indicada en aquellos casos en que: los componentes normales no son adecuados, por grande o por pequeños, al hueso remanente; cuando se necesitan vástagos especiales pues la deformidad ósea (fractura, deformidad residual) impide la colocación de los estandar y, por último, cuando la localización de la pérdida ósea impide la colocación de los aumentos habituales.
2.- Uso de nuevos materiales
Los conos de metal trabecular (TANTALIO) son una opción cada vez más utilizada para rellenar defectos metafisarios femorales y tibiales. El módulo de elasticidad del tantalio más parecido al hueso y su alta porosidad y las propiedades de osteoconducción y biocompatibilidad hacen de esta una opción cada vez mas utilizada
3.- Uso de injertos óseos
Intentan restituir la masa ósea pérdida, facilitando futuras revisiones. Los aloinjertos estructurales tienen, a diferencia de la cadera, buen pronóstico a medio y corto plazo. La supervivencia a largo plazo de los aloinjertos masivos muestra una tasa de supervivencia del 72% a los 10 años. Las técnicas de impactación de injerto con mallas metálicas se están empezando a utilizar en la rodilla de forma similar a la cadera para defectos segmentarios o no contenidos.
4.- Uso de cemento biológico para rellenar defectos óseos
En general defectos menores de 5mm se considera que pueden ser rellenados con cemento. Si los componentes tienen estabilidad intrínseca, incluyendo los vástagos intramedulares el cemento soportará menos cargas y tardará más en fracasar. La construcción de cemento con tornillos es un 30% más resistente que la de cemento sólo. Han de utilizarse tornillos de titanio y evitar que estos toquen los componentes protésicos
RESULTADOS CON LA CIRUGÍA DE REVISIÓN DE RODILLA
Existe un 10% de fallos a los 5 años y un 30% de complicaciones, las más frecuentes las de la herida quirúrgica.