Si decidimos dejar de fumar, el ejercicio físico ayudará a eliminar la ansiedad y la abstinencia provocada por la necesidad de inhalar la nicotina
EL 30% de la población fuma y un tercio intenta dejarlo cada año. El número de fumadores que deciden abandonar el tabaco se cuadruplica en enero y febrero, con los buenos propósitos de año nuevo. En los dos primeros meses de 2020 la venta de pitillos cayó en casi un 20% respecto al fin de año de 2019. Si decidimos dejar de fumar, el ejercicio físico ayudará a eliminar la ansiedad y la abstinencia provocada por la necesidad de inhalar la nicotina. Los cambios producidos por el tabaco, tardan hasta 5 años en igualar el riesgo de sufrir un infarto de miocardio con respecto a las personas que no han fumado nunca. Con respecto a la posibilidad de sufrir un cáncer de pulmón, pueden trascurrir hasta 15 años en que el riesgo de padecerlo se equipare a una persona que no haya fumado nunca. Todo esto supone que hay que dejar de fumar cuanto antes para que el organismo pueda reponerse del daño causado por el tabaco.
El hábito de fumar perjudica a casi todos los órganos del cuerpo. Ha sido definitivamente vinculado a las cataratas y problemas pulmonares y ocasiona la tercera parte de las muertes relacionadas con cualquier tipo de cáncer. En general, el índice de muerte por cáncer se duplica en los fumadores y llega a ser hasta cuatro veces más en los fumadores de más de un paquete al día. El cáncer de pulmón encabeza la lista de los tipos de cáncer causados por el tabaco. El uso de cigarrillos está asociado con el 90 por ciento de todos los casos de cáncer pulmonar, el cáncer que más muertes causa tanto entre hombres como mujeres. El hábito de fumar también está asociado con el cáncer de la boca, faringe, laringe, esófago, estómago, páncreas, cuello de útero, riñón, uretra, vejiga y leucemia mieloide aguda.
Según el ministro de Sanidad, una de las cosas buenas que ha tenido el confinamiento ha sido que parte de la población ha dejado de fumar. Un 6,73% de los fumadores en concreto han dejado el hábito y un 6% han reducido su consumo. Ésta como otras muchas manifestaciones de Illa, no se sostiene. He realizado un sondeo entre mis pacientes y algunos propietarios de estancos. La gente no sólo no ha dejado de fumar, sino que el consumo se ha duplicado, pero con dos particularidades que pueden hacer que a nivel estadístico, el ministro tenga razón. La primera es que se ha incrementado la venta del tabaco de liar respecto al tabaco convencional, más barato. La segunda es la proliferación de lugares de venta de tabaco de contrabando, no controlado, más barato, pero mucho más perjudicial por la posibilidad de introducir sustancias aún más dañinas que las que se fuman en el tabaco controlado. Eso puede revelar la caída en las ventas de cajetillas de tabaco. No debemos olvidar que la hostelería ha estado cerrada durante semanas, con lo que las máquinas de vending no han funcionado. Debemos tener en cuenta toda la gente que se ha infectado, siendo hospitalizada o no, también habrían dejado el tabaco, al menos una temporada
De cualquier manera, el tabaco sigue siendo muy perjudicial para la salud. En estas fechas se ha demostrado que el coronavirus tenía una diana muy clara en pacientes varones de mediana edad, fumadores y con sobrepeso. Cada vez que se inhala una calada de un cigarro, los pulmones absorben miles de sustancias dañinas para el organismo. Digo el organismo porque el tabaco afecta prácticamente a todas las partes del cuerpo:
Cerebro
La nicotina es la sustancia más adictiva que tiene un cigarrillo. Es la responsable del bienestar percibido por los fumadores tras fumar, y tiene su lógica. Se activan varios neurotransmisores que provocan ese pequeño “subidón”. Pero también es la responsable del síndrome de abstinencia cuando no se fuma. Las investigaciones muestran cómo la nicotina actúa sobre el cerebro para producir varios efectos. Con relación a su naturaleza adictiva están los hallazgos que indican que la nicotina activa los circuitos del cerebro que regulan los sentimientos de placer, también conocido como las vías de gratificación. Una de las sustancias químicas clave en el cerebro implicada en el deseo de consumir la droga es el neurotransmisor dopamina. El problema de esa sensación placentera es que dura muy poco, unos segundos tras la calada, por ello es por lo que los fumadores que no se pueden controlar, fumar sin parar para no dejar de tener esa sensación de bienestar y no tener que lidiar con el síndrome de abstinencia.
Pulmones
El humo del tabaco está directamente relacionado con la aparición de más del 90% de cánceres de pulmón. Además, produce otros cuadros respiratorios realmente severos como la bronquitis crónica o el enfisema y agrava de manera importante las crisis en los pacientes asmáticos. Esto no sólo ocurre en los fumadores activos. Debemos tener muy en cuenta a los fumadores pasivos, sobre todo aquellos que están en crecimiento como son los niños.
Cardiovascular
Los hombres que fuman más de un paquete al día tienen un 20% más de riesgo de sufrir un problema cardiovascular que los que no fuman. En el caso de las mujeres pueden llegar al 30%. El tabaco puede provocar enfermedades coronarias (infarto agudo de miocardio, angina de pecho entre otras). Accidentes cerebrovasculares como los ictus. Alteraciones de la circulación periférica o central como los aneurismas de arterias principales como la aorta. En el caso de ser mujer, 35-40 años, fumadora de un paquete al día, consumidora de anticonceptivos orales, el riesgo de sufrir un ictus cerebral es mucho más alto que en las no fumadoras. No se dejen engañar por fumar cigarrillos bajos en nicotina y alquitrán. Son igual de tóxicos que los normales ya que se inhala monóxido de carbono que es el causante en parte de la enfermedad cardiovascular.
Bucal
El tabaco provoca mal aliento, decolora la pieza dental, provoca enfermedad periodontal al dañar las encías y lo que es peor, cáncer bucal por lesión continua de la mucosa que recubre la cavidad oral o del labio. Si al hecho de fumar le sumamos otras patologías como diabetes, hipertensión o colesterol, entramos en un síndrome metabólico sin control, que será el causante de acortar la vida de los fumadores.
Podría estar escribiendo acerca de los efectos secundarios del tabaquismo como para llenar la edición del periódico, de la primera a la última página. Si eres fumador, deja de fumar. Si no puedes dejar de fumar, fuma menos. Si no puedes fumar menos, no fumes delante de nadie.