Artrosis y artritis, inflamación de rodilla, el túnel carpiano, las infiltraciones… Este artículo resuelve todas tus dudas.

1.-¿Qué trata un traumatólogo?

Es un especialista que trata el dolor músculo-esquelético en todas sus vertientes, ya sea debido a un proceso inflamatorio o traumático. Además de aportar soluciones médicas al problema, también es el encargado de realizar los procedimientos quirúrgicos cuando los tratamientos conservadores no dan resultado. La columna y la rodilla son las regiones que más consultas acaparan.

2.-¿Es lo mismo artrosis que artritis?

Artrosis es el proceso de envejecimiento natural de una articulación, sobre todo de aquellas que cargan el peso del cuerpo, como son la cadera, la rodilla o el tobillo. Suele presentarse en personas a partir de los 55-60 años, que un día se encuentran bien, y tras un esfuerzo determinado, o una postura no adecuada, aparece el dolor. Artritis: es un proceso inflamatorio que puede darse a cualquier edad. Suele deberse a una causa reumática en la que el propio sistema inmune ataca las articulaciones, provocando dolor e inflamación.

3.-¿Por qué se me inflama la rodilla?

Cuando la causa de la inflamación es la artrosis o artritis, el color del líquido extraído suele ser amarillo como la cerveza. En caso de que haya sido debido a un traumatismo, entonces el color cambio y puede llegar a ser color rojo sangre o más oscuro tipo “coca cola” si han pasado más días. El alivio al extraerlo es inmediato y la cara del paciente lo dice todo. Recupera la movilidad y la forma rápidamente. Si el líquido sinovial se derrama repetidamente, la rodilla suele “almacenarlo” en el hueco poplíteo más conocido como la corva de la rodilla, en forma de un quiste llamado quiste de Baker. Dicho quiste es una consecuencia de tener líquido en la rodilla. Si evitamos que se genere líquido, evitaremos la formación del quiste. Suele doler tanto por la presión que ejerce el líquido dentro de la rodilla. Ésta es como una bolsa, y si hemos dicho que la cantidad normal de líquido suelen ser 1-2 cm3, el paciente nota dolor y presión cuando la rodilla acumula 5 cm3, y de ahí en adelante. He llegado a extraer más de 100 cm3 de una rodilla, así que pueden imaginar el dolor.

4.-Si mi madre tiene artrosis, ¿yo la tendré?

Hay mucha controversia al respecto. No está nada claro que padres con artrosis sean responsables de la que puedan padecer sus hijos. A día de hoy sí se sabe que la artrosis que más se puede heredar es la de las manos, la que tiene una mayor influencia debido a los genes. Sin embargo, estos genes operan de forma diferente para hombres y para mujeres, así como en las diferentes articulaciones del cuerpo. Según algunos estudios, la influencia de los genes a la hora de ser decisivo como causante de la artrosis ronda entre el 10 y el 50%, aunque como hemos dicho, el sexo y el tipo de articulación puede ser decisivo para que, en la misma familia, un hermano se encuentre sano y otro de similar edad pueda estar desarrollando una artrosis precoz. También se sabe que hay 18 genes directamente relacionados con la predisposición a tener artrosis, de tal manera que si se pudieran manipular o mejorar genéticamente, podríamos reducir la incidencia de artrosis. Pero todo esto es ciencia ficción por el momento. Se precisan estudios genéticos costosos más profundos que puedan aportar luz al respecto.

5.-¿Mejor frío o calor para mi enfermedad?

El frío reduce el flujo sanguíneo a 2-3 cm debajo de la piel, un 10% los primeros 10 minutos y hasta 50% en media hora. Es por ello por lo que se debe colocar al menos durante 30 minutos varias veces al día, pero nunca directamente sobre la piel, para no provocar una quemadura. Lo que buscamos es reducir la inflamación que provoca el dolor y la pérdida de movilidad.

Las lesiones que se tratan con frío son:

-Tendinopatías.

-Fracturas.

-Artritis o cualquier proceso que provoque inflamación.

-Traumatismos en general.

Las lesiones que se tratan con calor son aquellas relacionadas con el aumento de la tensión muscular en la espalda, ya sea cervical, dorsal o lumbar. El calor se debe aplicar de forma similar a como hemos comentado con el frío local. Es importante que sea calor seco y no, por ejemplo el de la ducha al dirigir el chorro de agua caliente a la zona del dolor durante unos minutos. Al salir y tras secarnos se producirá un efecto rebote y dará lugar a una contractura muscular mayor que antes de aplicarnos el calor. Lo que buscamos es relajar la contractura muscular y que así ceda el dolor.

6.-¿Qué es el síndrome del túnel carpiano?

Muchos la conocen como la enfermedad de los peluqueros o los camareros, aunque más antiguamente se asociaba también a los carniceros. El Síndrome del Túnel Carpiano (STC), que es su nombre científico, se produce cuando el nervio mediano, el que va desde el antebrazo hasta la mano, se presiona o se atrapa dentro del túnel carpiano, el conducto que lo envuelve y protege. Y lo que produce es un dolor terrible en los tres primeros dedos de la mano y dificultad para realizar movimientos de pinza y oposición. De ahí su asociación con determinadas profesiones, ya que su aparición depende en gran parte de un sobreesfuerzo de los dedos o la acumulación de movimientos muy repetitivos con la mano, como puede ser el uso de tijeras, abrir latas, teclear o mover el ratón del ordenador, etcétera. En nuestra comarca, la incidencia de esta enfermedad es mayor debido al gran número de personas que trabajan en la agricultura, ya sea en el invernadero recolectando verduras o en el sector de la manipulación como ocurre en las cooperativas y empresas envasadoras.

7.-¿Son malas las infiltraciones?

Es el hecho de poner una inyección dentro de la articulación. Es una manera directa y efectiva de tratar una dolencia, ya sea articular o tendinosa. Reducen la inflamación y facilitan la remisión del dolor. La indicación ideal es la afectación de una articulación moderada-severa y cuya sintomatología no cede con el tratamiento habitual. Su efectividad no tiene discusión, y como cualquier otra medicación requiere no abusar ni en dosis ni en el número. La que más leyenda negra acumula son las de corticoides. De ellas, se pueden poner 3 infiltraciones, separadas cada una por una semana dos veces al año. No está demostrado que necrose el cartílago de las articulaciones ni lo destruya si se siguen las pautas correctas de administración. También se pueden inyectar otras sustancias como ácido hialurónico o plasma rico en factores de crecimiento.