Con Loren, mi entrenador de fuerza y Francis, mi compañero de correr
El año 2023 se acaba.
Por estas fechas, cada final de diciembre, es casi una obligación hacer valoración del año trascurrido y pensar en los objetivos y propósitos para los 365 días que nacen.
En los informativos se destacan las noticias más importantes del año, los goles más destacados, las pifias más desternillantes y así con todo.
Seguro que algunas de las personas que leen esto han perdido un ser querido este 2023 (Eva, siento mucho lo de tu hermana) o han cambiado de trabajo o de familia incluso.
Cambios, algunos para mejorar, otros…ya se verá.
Es hora de valorar qué hemos hecho este año; si se han cumplido nuestros objetivos en lo personal, familiar o en el terreno profesional, si estamos satisfechos o si ha quedado algo en el tintero.
Lo mismo ocurre con lo que está por venir.
La vida parece que nace cada 1 de enero.
El fumador lucha contra su hábito y se propone su abandono cuando el año comienza.
Las personas con sobrepeso intentan eliminar esos kilos de más proponiéndose comenzar el año en el gimnasio o comprándose la equipación completa para salir a caminar por las mañanas.
Los que han comenzado una actividad deportiva en el año anterior, se plantean nuevos retos como federarse a un deporte, completar un triatlón, correr una carrera de medio fondo, o los más atrevidos, una maratón.
El principal problema es que, en ocasiones, la mayoría de los objetivos que nos proponemos, no son viables, son demasiado exigentes y difíciles de cumplir.
En cuanto comprobamos que la tarea planteada va a costar más trabajo del previsto, abandonamos la idea.
De hecho, eso suele ocurrir antes de acabar el mes de enero, en la mayoría de los casos.
El sexo masculino responde mejor a los retos pero con una visión más a corto plazo. Por ejemplo, perder medio kilogramo de peso a la semana, en lugar de proponerse el hecho de perder peso pero de forma general.
Para las mujeres, por el contrario, son más persistentes si cuentan con el apoyo del entorno familiar o de amistades y eran alentadas por su entorno ante una recaída o un pequeño fracaso en la consecución de los objetivos.
Desde aquí vamos a plantear una serie de recomendaciones para el año que comienza. Retos que pueden ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida, en lo físico y en lo mental.
RETO 1.-CUIDA TU CUERPO.
El ejercicio es una de las prioridades. «Pensar» en ir al gimnasio, porque la pereza, el frío e ir cubiertos de ropa suelen retrasar la incorporación.
Un 59,6% de los españoles mayores de 16 años hace ejercicio en su tiempo libre, un poco más los hombres que las mujeres, según el INE.
En enero se nota el incremento de las matriculaciones, pero poco, la avalancha llega con los primeros rayos de sol, con la operación bikini. Es muy importante comenzar. No se trata de marcarnos un objetivo muy a largo plazo, sino al comienzo, vale con el hecho de ir al gimnasio o salir a andar.
Hay que dejar que las endorfinas que se van liberando mientras se suda, y que son las responsables de esa sensación placentera cuando se acaba de hacer deporte, nos vaya envolviendo y atrapando y nos haga necesario seguir haciendo deporte. Cada persona debe buscar la actividad que mejor se ajuste a sus necesidades de tiempo y a su forma física.
Desde el Tai-chi o Pilates hasta la carrera continua en una cinta o ir a la piscina, todo vale.
Lo importante es ser constante que la recompensa vendrá, con toda seguridad. Cada vez aumentaremos la potencia y la resistencia, nos cansaremos menos, mejoraremos la calidad de vida, de sueño y hasta el carácter.
Afrontaremos los problemas de otra manera. Cada vez que caminamos o corremos, pisamos los problemas, los dejamos atrás.
De hecho, las cosas se ven de una manera al empezar y se transforman en otra más asequible tras la ducha, al acabar el ejercicio.
Vivimos dentro de nuestro cuerpo, debemos cuidarlo porque es nuestro pasaporte para envejecer con calidad y cantidad.
RETO 2. CUIDA TU MENTE.
La fuerza mental es lo que nos va a permitir conseguir o no los objetivos marcados.
Hay que enfocarse en cuidar nuestras emociones, nuestro temperamento y nuestros impulsos.
Debemos evitar compararnos con otras personas. Cada uno se labra su propio destino, su propio futuro y sólo el que lo recorre sabe las dificultades por las que ha pasado.
No debemos agobiarnos por equivocarnos; nuestro mejor maestro debe ser el último error cometido.
Si sabemos gestionar nuestro estrés mental, gestionaremos mejor nuestra calidad de vida.
La felicidad no es lo que nos pasa sino cómo interpretamos eso que nos ha ocurrido.
Cuida mucho cómo te hablas a ti mismo, cómo de duro eres con tu acciones. No debemos dejar entrar a nada ni nadie que pueda intoxicar ese castillo sagrado que es nuestra mente.
RETO 3.-INTENTAR SER MAS FELICES.
Es importante fijarnos en las pequeñas cosas que a menudo pasan desapercibidas; vivimos tan deprisa que no nos detenemos a contemplar un amanecer, a disfrutar de un paseo o simplemente estar agradecidos por seguir aquí.
La felicidad es algo que parece que nos merezcamos, porque sí, pero también hay que buscarla, currársela y encontrarla.
Las personas no son las que nos ofenden, debemos ser nosotros los que decidamos cuando nos afecta o no.
Habrá personas a las que no les guste nuestra felicidad. Bienvenido al mundo. Esas personas no nos hacen bien y deberemos alejarnos de ellas.
¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!