- En 2045 la muerte será opcional y para entonces el envejecimiento será una enfermedad curable, según indica el ingeniero y profesor José Cordeiro.
- Se podría decir que las células cancerígenas son inmortales pues aparentemente han descubierto como no envejecer.
He de reconocer que el titular de este artículo es un poco chocante y a la primera no es fácil de entender. El otro día me encontraba infiltrando plasma rico en factores de crecimiento a un paciente; era su tercer pinchazo y estaba contento al haber notado un importante alivio a las molestias que le provocaban una mala calidad de vida debido a esa artrosis de caderas.
Cuando terminó de vestirse me dijo: «esto es un remedio temporal hasta que llegue el 2045». Sorprendido le miré sin entender muy bien. Él tiene 60 años y para cuando llegue esa fecha, habrá pasado con claridad lo 85. ¿Qué pasa en el 2045?, le pregunté con curiosidad. Me miró y sonrió: «Es la fecha para la muerte de la muerte. Se prevé que para entonces, los avances tecnológicos habrán frenado claramente la peor enfermedad del ser humano, el ENVEJECIMIENTO.
No sólo se parará el proceso de ser viejos, sino que se podrá revertir y ser cada vez más jóvenes.
Ha sido desde entonces que comencé a investigar sobre “LA MUERTE DE LA MUERTE” y todos los artículos me llevan a la misma persona, José Cordeiro. «En 2045 la muerte será opcional» y para entonces el envejecimiento «será una enfermedad curable«, asevera el ingeniero y profesor fundador de la Singularity University en Silicon Valley.
Cordeiro, quien estudió en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) donde se licenció en Ingeniería Mecánica, asegura en una entrevista que vamos a curar el envejecimiento y no sólo eso, sino que también afirma que el proceso se revertirá y «seremos capaces de rejuvenecer».
Se podrá detener el envejecimiento
Él mismo dice que no piensa morir, «ahora sólo ganamos tiempo con cuerpos que envejecen», pero afirma que llegará un día en que «se podrá detener el envejecimiento» decía en una entrevista. Las razones que le llevan a afirmar todo esto con semejante rotundidad tienen varios enfoques:
-Células cancerígenas: Aunque hay muchos tipos de cáncer, lo que es común en todos ellos es que las células han mutado y se han convertido en células aparentemente «inmortales». Las células cancerígenas no envejecen, sino que crecen y se reproducen de una manera descontrolada que termina afectando al resto del cuerpo. Se podría decir que las células cancerígenas son inmortales pues aparentemente han descubierto como no envejecer.
Las células cancerígenas continúan creciendo y reproduciéndose mientras consumen al resto del organismo. De esa forma, las células cancerígenas provocan la muerte del organismo y eventualmente su propia muerte. Dado que las células cancerígenas no mueren por sí solas, es necesario matarlas antes de que ellas terminen matando al resto del organismo.
Biológicamente, el cáncer es realmente una enfermedad fascinante pues representa una serie de mutaciones que detienen el proceso de envejecimiento de las células. Hace más de medio siglo se descubrió algo increíble, cuando unos médicos extirparon unas células de un carcinoma cervical de la paciente Henrietta Lacks en Estados Unidos. Los científicos encontraron que las células cancerígenas no envejecían, sino que seguían creciendo y reproduciéndose indefinidamente.
Aunque Henrietta Lacks falleció del carcinoma cervical, las células cancerígenas extraídas del tumor siguen vivas actualmente. Dichas células se convirtieron en la primera línea de células «inmortales» y hasta el día de hoy se conocen como las células HeLa por el nombre de la paciente. ¿Por qué no estudiar y descubrir qué hace que esas células vivan mucho más que las células sanas y aprovecharnos de una enfermedad aterradora y responsable de la mayoría de las muertes de la población mundial?
Se sabe de hecho que, gracias a experimentos llevados a cabo con ratones, estos viven hasta 6 veces más que sus congéneres. Todas las células de nuestro organismo saben perfectamente cuando van a fallecer, se llama APOPTOSIS o muerte celular programada. Las células se sacrifican por «el equipo». Un hematíe se sabe que vive 120 días, o las plaquetas 10.
De esta manera se evita el sobrecrecimiento descontrolado desde el punto de vista celular. Esa característica, al parecer, no se encuentra en las células cancerígenas lo que les lleva a vivir de forma indefinida y sólo la muerte del huésped acaba con ellas.
-Nanotecnología y el cerebro: Este científico sostiene que se podrán colocar nanodispositivos dentro de nuestros órganos y células, sobre todo las cerebrales, que podrán dar funciones como la telepatía o permanecer interconectados con ordenadores, internet o cualquier dispositivo que nos propongamos. Esto pertenece en mi opinión a ciencia ficción, sin embargo, si le preguntamos a un octogenario que ha vivido en otra época, los avances de nuestros tiempos, no hubiera dado crédito entonces.
–Criopreservación. Esa opción ya está contemplada en nuestros días. La leyenda que el cerebro de Walt Disney está criopreservado es de dominio público. Aquella persona que fallezca por causa de una enfermedad sin cura en el momento actual, puede ser criopreservada y despertarse cuando la cura haya sido encontrada. Sin embargo, los órganos no son capaces de resistir este proceso de congelación durante décadas por lo que la durabilidad de la criopreservación es otro de los retos a los que se enfrenta la ciencia.
En resumidas cuentas, la inmortalidad, perseguida desde el comienzo de los tiempos, parece que está un poco más cerca que hace años. Permanecen aún más puntos oscuros que claros a este respecto y la investigación se encuentra en fases iniciales. Sin embargo, la pregunta que surge es, si ya vivimos en un mundo superpoblado a pesar de la selección natural que hace la evolución, ¿qué pasaría si se viviera aún muchos más años? ¿Qué pasaría con los recursos naturales, ya finitos y en algunos casos prácticamente agotados? ¿Hay sitio en nuestro mundo para más gente? Todas estas preguntas y otras que pueden surgir, tendrán respuesta en el año 2045, o quizás no.