• Todo debe funcionar como un mecanismo bien engrasado para que el paciente tenga el resultado esperado y viva la operación como otra experiencia más.

 

Junto a mi paciente y amiga Rosa Maldonado, tras su intervención.

Es una palabra que impone: quirófano. El estrés y ansiedad que genera en los pacientes es importante. Es una palabra griega que deriva de cirugía, que en griego quiro significa «trabajo u oficio que se realiza con las manos». Cirujano es aquel que realiza su trabajo con las manos. Ya desde hace cientos de años se usaban pequeñas estancias bien iluminadas para poder practicar algunas intervenciones para curar enfermedades, cuando se podía.

Se ha evolucionado mucho desde entonces y las posibilidades que encontramos gracias a la cirugía son absolutamente alucinantes. Un quirófano es una sala cerrada donde se realizan intervenciones de distintas especialidades. No suele tener ventanas y si las hay deben estar bien selladas para evitar contaminación o entradas de gérmenes, insectos o partículas dentro

EN LOS QUIRÓFANOS SUELE HACER BASTANTE FRÍO PORQUE A LOS GÉRMENES LES ENCANTA EL CALOR

Suele hacer bastante frío dentro. La explicación es que a menor temperatura, menor riesgo de infección. A los gérmenes les encanta el calor. Los enfermos suelen estar desnudos por lo que son cubiertos con sábanas e incluso se les colocan bombas de calor que expulsan chorros de aire caliente para evitar la hipotermia.

¿Qué hay dentro de un quirófano?

– Mesa de quirófano: es el lugar donde se coloca al paciente. Debe ser articulada, eso quiere decir que se puede poner al paciente en multitud de posiciones, según la intervención lo requiera: desde completamente sentado, a tumbado con ambas piernas separadas, o juntas, o bocabajo. También se regula a diferentes alturas, ya que hay cirujanos más altos y más bajos e intervenciones en las que el equipo médico está sentado.

– Monitor de constantes vitales: es fundamental para monitorizar al enfermo. Lleva un pulsioxímetro para comprobar la saturación del oxígeno en sangre, las constantes vitales (se controla el ritmo cardíaco mediante unos electrodos adhesivos que se ponen en el pecho), la tensión arterial que se comprueba cada pocos minutos.

– Respirador: es la máquina que se encarga de administrar los gases en la cantidad y mezcla necesaria durante las anestesias generales. Debido a la medicación anestésica que se administra para que el paciente no tenga dolor ni sienta nada, el enfermo se queda tan relajado que es incapaz de respirar por sí solo. Se le coloca un tubo en la garganta o bien una mascarilla laríngea en la boca para que los gases sean producidos por el respirados con la presión adecuada para hinchar los pulmones, como el que infla un globo. Ese aparato, además, valora y avisa si algo anormal sucede como si el paciente deja de respirar el tubo se desplaza de su sitio y el oxígeno no llega como debiera a los pulmones.

– Mobiliario: está compuesto de pequeños armarios con multitud de cajones donde se guarda la medicación. Normalmente es la que más se usa por parte del anestesista, junto a diferentes tipos de agujas, hojas de bisturí, vendas, gasas, apósitos, y sueros.

– Luces de quirófano: son lámparas que emiten una luz de alta intensidad con la que los cirujanos alumbran la zona a intervenir. Son desplazables en altura y con capacidad de giro para adaptarse a cualquier tipo de intervención.

¿Quién manda en el quirófano?

Me gusta decir que una cirugía es un trabajo en equipo donde cada miembro tiene su papel.

– Anestesista: su función es realmente importante porque es el que va a cuidar del enfermo mientras está dormido, ya sea total o parcialmente. Suele ser la primera persona que recibe al enfermo y le pregunta acerca de alergias, enfermedades previas, intervenciones anteriores y tipo de anestesia que prefiere. Es fundamental su labor a la hora de tranquilizar a la persona que va a ser intervenida. Se puede hacer todo eso previamente en la consulta de preanestesia. Es el que coordina con el cirujano el tipo de anestesia según la duración, dificultad de intervención o lugar.

Si es de poca entidad o duración, se puede realizar una anestesia local. Si es algo más larga y en un brazo se puede optar por la anestesia locorregional, que sólo afecta a la extremidad en cuestión. En las piernas se puede trabajar mediante anestesia raquídea a través de una punción en la espalda.Durante lo que dura la cirugía, el anestesista está pendiente de las constantes vitales, sensaciones del paciente, si nota dolor o cualquier cosa que le refiera el paciente. Mi anestesista es la doctora Ana Navajas, una gran profesional que hace que mi labor como cirujano sea mucho más fácil. Los despertares de los pacientes no son traumáticos, sin agitación, sin vomitar y es la encargada que el viaje durante la intervención sea lo más placentero posible.

– Cirujano/s: es otra pata del banco. Es la persona que soluciona el problema que trae al paciente a quirófano, el que trabaja con las manos. Debe coordinarse perfectamente con el anestesista y con el enfermero instrumentista para saber el tipo de intervención a realizar. Se suele pintar el brazo, la mano o la pierna a intervenir para que no haya posibles equívocos. Se supone que antes de la intervención ha comentado con el paciente el procedimiento a realizar, con sus riesgos, las posibles complicaciones, el postoperatorio… Cada cirujano tiene sus manías y costumbres. La mía es operar con música. Me gustan las bandas sonoras, la música tranquila e instrumental, sin grandes sobresaltos y a un volumen bajito a modo de hilo musical. Puede haber un único cirujano o más de uno, siendo el principal y el cirujano ayudante.

– Enfermero instrumentista: es la persona que se encarga de preparar todo el instrumental que se va a necesitar durante la intervención. Además colabora activamente durante la cirugía, secando o aspirando la herida, administrando suero o cualquier cosa que se le solicite. Mi enfermero es Juan Fernández. Nos conocemos hace muchos años y antes que yo piense una cosa, él ya la sabe y se anticipa. Tiene tanta o más experiencia que un médico debido a su numerosas horas de vuelo y es un lujo trabajar con él. También suele dar su opinión si cree que algo se puede realizar de otra manera o cuando hay algún paso de la cirugía que cuesta, y eso es muy importante. Es fundamental que los ayudantes no sean mudos y hablen, dando su opinión de lo que se está realizando.

– Circulante: es la persona que asiste al instrumentista y anestesista trayendo material o medicación que se encuentra fuera del quirófano.

Todo ello debe funcionar como un mecanismo bien engrasado, para que el paciente tenga el resultado esperado; para que la cirugía sea un momento de estrés pero que suceda de la manera más amable posible; para que los pacientes no tengan un mal sabor de boca y lo vivan como otra experiencia más, de las muchas que la vida nos tiene reservadas.