• Hay dos grandes terapias que se están usando de forma usual contra la artrosis, como son el plasma rico en factores de crecimiento y las células madre del adulto.

Hace 2.500 años ya se comenzó a hablar de medicina regenerativa. Prometeo fue condenado por los dioses por haber robado el fuego sagrado y dárselo a los humanos. Como castigo, encadenado a una roca por toda la eternidad, mientras el águila de Zeus le devoraba el hígado.

Sin embargo, cuenta la mitología que el hígado se regeneraba durante la noche, volviendo a su estructura y tamaño original, de ahí que Prometeo saliera victorioso. Quizás ése fuera el primer caso de medicina regenerativa (también conocida como ortobiología) de la historia.

Se han descrito ya tratamientos para aliviar el dolor en soldados romanos heridos en batallas, consistiendo en puncionar las articulaciones con agujas calientes. Más centrados en la época moderna, los tratamientos tanto conservadores como quirúrgicos para frenar el deterioro articular (antiinflamatorios, protectores del cartílago, artroscopia), o cuando no hay otro remedio, sustituir la articulación dañada mediante una prótesis

¿En qué se basa la medicina regenerativa?

También se llama ORTOBIOLOGIA.

Cuando un tejido sufre un daño, se ponen en marcha una serie de mecanismos de autodefensa que en conjunto integran la reparación tisular y que tienen como objetivo restaurar la integridad del tejido lesionado y curar la lesión. Casi todas las enfermedades albergan durante su evolución procesos de reparación tisular.

Además, un gran número de complicaciones médicas o quirúrgicas puede ser atribuido a deficiencias en la reparación de los tejidos, existiendo un amplio abanico de enfermedades (diabetes, cáncer, inmunodepresión), que influyen de forma negativa sobre la reparación de las lesiones tisulares.

Conseguir una reparación rápida y eficaz que permita integrar sin gran demora al paciente a su estado funcional previo, es el objetivo a seguir en la medicina regenerativa.

LA ARTROSIS ESTÁ CADA VEZ MÁS PRESENTE Y PROVOCA GRANDES LIMITACIONES

Ante el envejecimiento de la población mundial, la artrosis se hace cada vez más presente y provoca grandes limitaciones y merma en la calidad de vida de las personas. No todo el mundo se puede beneficiar de una prótesis por distintos motivos: demasiado jóvenes, demasiado mayores, demasiado riesgo por algunas enfermedades como las coronarias, diabetes o similares.

Es por lo que el objetivo de la medicina regenerativa consiste en proveer de calidad de vida a las personas, sin importar edad ni sus patologías. Hay dos terapias estrella que se están usando de forma usual ante lesiones deportivas: plasma rico en factores de crecimiento y las células madre del adulto.

Plasma rico en factores de crecimiento

Los factores de crecimiento (FC) son proteínas que regulan los procesos clave de la reparación tisular y que ejercen diversos efectos sobre el crecimiento celular, metabolismo, locomoción, contractilidad y diferenciación celular, que son esenciales para la reparación de los tejidos. Son secretados por muchos tipos celulares como una función basal o de respuesta a un desafío.

Las plaquetas (células que taponan las heridas evitando el sangrado) que invaden con prontitud las regiones adyacentes a un tejido lesionado, son ricas portadoras de factores de crecimiento. Estos son liberados desde las plaquetas y se convierten así en potentes iniciadores de la cascada de acontecimientos que dirigen a la curación, difundiéndose rápidamente desde el lugar de la lesión.

En la actualidad la administración de plasma rico en plaquetas (que a su vez vehiculizan factores de crecimiento), obtenido mediante un sencillo procesamiento de una pequeña cantidad de sangre extraída al paciente, tiene múltiples indicaciones en importantes patologías.

Las fracturas; las heridas; las úlceras diabéticas, por decúbito o vasculares; o las roturas tendinosas y lesiones musculares son indicaciones ampliamente documentadas en múltiples publicaciones científicas en las que se avala el papel positivo de los factores de crecimiento para estimular la reparación y acelerar los procesos que culminan con la curación del tejido lesionado.

Si estas patologías se ubican el contexto de pacientes que adolecen de enfermedades que perjudican la reparación (diabetes, inmunodepresión, envejecimiento…), es mayor su eficacia.

En patologías vinculadas con fenómenos de desgaste y degenerativos, como en algunos tipos de artrosis, en determinados pacientes han mostrado resultados esperanzadores en virtud a la facultad de los factores de crecimiento en estimular la síntesis de tejidos desde el cartílago articular lesionado y la membrana sinovial que tapiza internamente la cápsula articular (una vez administrados los factores de crecimiento dentro de la articulación), y a su potencial para eliminar la presencia de moléculas que influyen negativamente sobre la articulación desarrollando la inflamación y la artrosis.

Lo mismo ocurre en determinados tipos de tendinitis (codo de tenista, epitrocleítis, tendinitis de isquiotibiales…) gracias a su capacidad para revertir en determinadas situaciones los fenómenos inflamatorios locales e indirectamente el dolor. Recientemente hemos desarrollado una exitosa técnica llamada INOCA (infiltración ósea en consulta y ambulatoria) que trata la artrosis avanzada con resultados muy esperanzadores.

Células madre del adulto

Son células no especializadas que sirven para reparar lesiones que se producen en el organismo, ya que tienen la capacidad de renovarse a sí mismas y de renovarse en otras células. Se obtienen de diferentes localizaciones del cuerpo humano como es la médula ósea de los huesos planos como son los de la pelvis así como de la grasa que encontramos debajo de la piel, sobre todo en el abdomen. Tienen capacidad para diferenciarse en algunos tipos de células, no en todos.

Las células mesenquimales adultas se diferencian a células del tejido u ógano en el que están presentes, principalmente. Así, si las extraemos y las colocamos en una fractura, se transforman y diferencian en células óseas destinadas a hacer consolidar la fractura. Si se sitúan en una lesión muscular, se diferencian en células musculares que reparan la lesión previa. El mecanismo por el que están presentes en diferentes tejidos no es todavía bien conocido.

Sus ventajas son el rechazo improbable, ya que el paciente recibe sus propias células; y que son fáciles de extraer. Sin embargo, tiene los inconvenientes de que se trata de células poco comúnes, más escasas con la edad; además de que tienen una calidad variable según edad o enfermedad.

La extracción se realiza mediante una punción en el hueso con una agua que aspira el contenido del hueso. A las células obtenidas se les añaden otras sustancias que las activan y se introducen en el sitio donde se evidencia la lesión. A diferencia de los factores de crecimiento, hay que realizar la extracción bajo anestesia local.

Se puede repetir el procedimiento las veces que sean necesarias, ya que de una pequeña zona de hueso se pueden extraer hasta 50 centrímetros cúbicos de fluido en el que se aislan las células madre. Esta terapia está en fase experimental en este momen, encontrándose a la espera de estudios más completos para que su uso se generalice.