- Si a un paciente joven se le extirpa totalmente cualquiera de los dos meniscos, en los próximos 40 años desarrollan artrosis el 90% de ellos
- Con las técnicas de sutura modernas que disponemos hoy día, la reparación meniscal es un hecho.
Los meniscos son de las estructuras más importantes que tenemos dentro de la rodilla. Son dos estructuras con forma de “C” que se localizan en la parte medial y lateral de la rodilla, entre el fémur y la tibia. El interno es más grande y alargado y el externo más compacto y pequeño. A cada extremo de esa “C” se le llaman cuernos, el cuerno anterior que se encuentra delante, y el cuerno posterior que lo hace detrás.
El interno al ser una “C” más grande, más móvil y más abierta, se suele romper con más facilidad que el externo que al ser más cerrado, es más compacto.
Su función es tan sencilla como compleja: amortiguar las cargas, los impactos que se producen cuando caminamos, corremos o saltamos. Hace las veces de un amortiguador del coche: al coger un bache, la suspensión evita que los pasajeros sufran el golpe. Otra función es hacer que la superficie del fémur (redondeada) se congruente y encaje perfectamente contra la superficie de la tibia (plana).
La textura de los meniscos es elástica y cuando se presiona se deforma, y al ceder el impacto, recupera su forma y textura original. Con el paso de los años, como la vida misma y como ocurre con cualquier material, el menisco va perdiendo facultades. Deja de ser tan elástico como cuando era joven, recupera peor la forma tras un impacto y se deteriora, lo mismo que le sucede al disco intervertebral. Ese deterioro se traduce en pequeñas roturas dentro del menisco, se llaman roturas intrasustancia, y son parecidas a cuando un tejido se va deshilachando.
La particularidad de los meniscos es cómo reciben el aporte vascular y nervioso por parte de la rodilla. El tercio externo o periférico, está vascularizado e inervado, por tanto presenta cierto potencial de cicatrización. Esta parte es la que tiene mayor importancia desde el punto de vista mecánico. Si recibe sangre, es capaz de regenerarse en caso de lesión, como cualquier tejido. Si se produce una rotura a ese nivel, se puede reparar.
El resto del menisco (2/3 internos), es aneural y avascular, con débil o nula capacidad de cicatrización, lo mismo que las uñas o el pelo. Una rotura a ese nivel es difícil de cura.
La causa de la rotura suele ser el movimiento forzado de la articulación (rotación y torsión del fémur sobre la tibia) provocando rotura de menisco o desgarro de sus inserciones, sobre todo de la parte posterior de la “C”, lo que se denomina cuerno posterior.
Formas principales de lesión
- Traumatismo agudo de intensidad suficiente sobre un menisco sano: me caigo y giro la rodilla sobre sí misma. Se suele escuchar un crujido acompañado de un dolor muy intenso y derrame de la rodilla.
- Traumatismos repetidos sobre un menisco patológico afectado por una degeneración progresiva. Ante un traumatismo leve sobre un menisco degenerado se produce la rotura.
¿Extirpar o reparar?
Ésa es la eterna pregunta. Hace unos años, el menisco era sospechoso de producir dolor de rodilla y se optaba por la técnica más radical pero sencilla, el menisco entero acababa en el cubo de la basura, y tan panchos. Muerto el perro, se acaba la rabia. Había un desconocimiento atroz de la importancia real del menisco y que su eliminación conlleva el camino sin retorno hacia la artrosis de rodilla. Los números son bien claros: si a un paciente joven se le extirpa totalmente cualquiera de los dos meniscos, en los próximos 40 años desarrollan artrosis el 90% de ellos, y tienen 132 veces más posibilidades de acabar con una prótesis de rodilla que si se hubiera dejado ese menisco sin extirpar.
Muchos deportistas jóvenes convencidos por sus familiares, entrenadores o representantes deciden extirpar parcial o totalmente el menisco. A saber, si eso conlleva que en 4-6 semanas vuelve a poder competir. No ven más allá ni se preocupan por el día de mañana. Cuando eso ocurre, entre el 25-50% de los deportistas no alcanzan el nivel deportivo anterior a la cirugía.
Si tienes más de 30 años, sobrepeso, rotura compleja del menisco lateral, un envejecimiento previo de esa rodilla, tu rodilla va a doler después de la intervención de extirpación meniscal, seguro. Cuando se produce una lesión, se suele extirpar la zona dañada en el caso que no se pueda suturar, lo que obliga a regularizar los bordes de dicho menisco. Esto se realiza mediante una artroscopia de rodilla. Al introducir la cámara de televisión dentro de la rodilla, se puede valorar el estado de la articulación. Se aprovecha para realizar una “limpieza articular”.
En la mayoría de los pacientes, hay mucho tejido inflamatorio dentro de la articulación (sinovitis) que puede provocar pellizcamientos dentro de la rodilla. La rodilla se inflama cuando se realiza un trabajo de impacto, sobre todo si hay menos menisco que pueda amortiguar y repartir las cargas de forma uniforme y homogénea.
Con las técnicas de sutura modernas que disponemos hoy día, la reparación meniscal es un hecho y los buenos resultados tras la cirugía son bastante predecibles tanto para recuperar la actividad física previa como para alivio del dolor. Se tarda algo más de tiempo que una cirugía de resección del menisco pero luego, la recompensa merece la pena.
¿Qué hago si me duele la rodilla tras la operación?
Si se ha extirpado total o parcialmente el menisco, la sobrecarga del hueso (fémur y tibia) al recibir los impactos del peso y no estar preparados para ello, comienzan a deformarse y a doler.
Una opción es infiltrar con ácido hialurónico en dicha articulación ya que actúa como lubricante y antiinflamatorio, evitando la irritación de la sinovial, reduciendo la posibilidad de inflamaciones. Sin embargo, lo que tiene mejores resultados para frenar del desgaste y aliviar el dolor, es la inyección de plasma enriquecido dentro de la rodilla.
Consejo
Si tienes más de 50 años, rotura degenerativa de uno de los dos meniscos, con artrosis incipiente, y tu traumatólogo te dice de operar la rodilla, sal corriendo de la consulta. En las roturas degenerativas, debemos ser lo más conservador posible y evitar la operación. Una rodilla sin menisco es mucho peor que una con el menisco deteriorado.
Si cuidas y salvas el menisco, cuidas y salvas tu rodilla.