- Los cítricos ayudan a reducir el riesgo y la sintomalogía derivada del catarro común.
El otoño es una época propicia para hacer ejercicio. Las temperaturas siguen altas y apetece salir a dar un paseo. Sin embargo, si el otoño-invierno ha sido lluvioso, el número de partículas alergénicas en el ambiente se dispara. Si la primavera es seca, el ambiente seco predispone a que se produzcan reacciones alérgicas y crisis de asma. Además, es muy fácil que se produzcan catarros con los cambios de tiempo, de ropa, entramos en un sitio y hace calor pero al salir hace frío; por la noche refresca.
Los niños son los más sensibles a padecer estas alteraciones, si además contamos con un factor de riesgo muy importante: el colegio o la guardería. Es un foco continuo de intercambio de gérmenes y enfermedades, empezando por los catarros de vías altas, faringitis y las temidas gastroenteritis. Estas últimas, empiezan en los niños y acaban contagiando a los padres, haciéndonos pasar unos días realmente malos.
Además, el año pasado donde debido al COVID-19 casi no hubieron resfriados ni gripe, este año ya se empiezan a ver casos del resfriado tradicional. Parece que el coronavirus ha cedido un poco de espacio a otros virus y tiene competencia a la hora de atacar y colonizar a sus víctimas.
Se denomina «resfriado común» por una buena razón; hay más de 100 millones de resfriados en España al año. Probablemente usted y sus hijos tendrán más resfriados que cualquier otro tipo de enfermedad. Los resfriados son la razón más común por la cual los niños faltan a la escuela y los padres a su trabajo. Los padres usualmente contraen resfriados de sus hijos como ocurre en las gastroenteritis.
Los niños pueden contraer muchos resfriados cada año y por lo regular los adquieren de otros niños. Un resfriado se puede propagar rápidamente a través de escuelas o guarderías por la falta de higiene y por compartir material escolar, toallas, pañuelos o simplemente, por no lavarse las manos tras estornudar. También por la aspiración de gotitas que salen despedidas al toser o al estornudar si la persona se encuentra lo suficientemente cerca.
Los resfriados pueden ocurrir en cualquier momento del año, pero son más comunes en invierno o en temporadas de lluvias, y, como hemos comentado antes, como consecuencia de cambios bruscos de temperatura, pasar de frío al calor o viceversa. El otoño es una época muy propicia para ello.
¿Las naranjas y limones ayudan?
Los frutos cítricos generalmente son conocidos por ser responsables de evitar el escorbuto, la enfermedad producida por la carencia de vitamina C, que causa anemia, debilidad, manchas en la piel y hemorragias. Pero adicionalmente a ello, los últimos estudios han demostrado que también contienen propiedades anticáncer, ya que sus componentes fitoquímicos tienen acción directa en las células cancerígenas, restringiendo su habilidad de reproducirse.
Además, la vitamina C, aparte de funcionar como antioxidante, está implicada en las reacciones que forman las proteínas del colágeno del tejido conectivo por lo que son de extremada importancia para el cabello, uñas y la piel. Dicha vitamina se encuentra ausente en los cereales y sus niveles son bajos en lácteos y grasas. Es una vitamina hidrosoluble por lo que pasa fácilmente de los alimentos al agua mientras se cocina, aunque se destruye fácilmente con el calor y la exposición al aire (oxidación).
La ingesta diaria de vitamina C son 90 mg al día en hombres y 75 en mujeres, siendo la recomendada para deportistas hasta 200 mg. Es muy frecuente dosis de suplementación que rondan 1000 o 2000 mg al día, sin embargo, no hay resultados consistentes entre la ingesta de vitamina C y un aumento en el rendimiento deportivo.
La mayoría de personas saben que la lima y el limón son fuentes de vitamina C, pero quizás desconozcan que también contienen minerales y vitaminas tales como calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, sodio, zinc, cobre, manganeso, selenio, vitamina A, vitamina B6, vitamina C, vitamina E, vitamina K, vitamina B2, vitamina B3, vitamina B5 y ácido fólico, y son estos minerales así como también su bajo contenido de azúcar que lo convierte en alcalino cuando lo digerimos en el cuerpo.
¿Tiene beneficios beber agua con limón?
Si el ph del agua potable es neutro (legalmente entre 6.5 y 8.5) y el zumo de la lima y el limón son ácidos, al añadir unas gotas de limón al agua, ¿no quedaría una solución ácida? Ciertamente, el pH de la lima y el limón es 2.4, lo que los convierte técnicamente en ácido.
Contiene ácido cítrico y minerales, pero dicho ácido cítrico es muy débil en comparación con la cantidad de minerales y vitaminas que tienen mas bien propiedades alcalinas cuando son ingeridos en el cuerpo. Así que, beber agua con zumo de lima o limón regularmente puede ayudar a alcalinizar el pH del cuerpo, especialmente si es en conjunto con la incorporación de una dieta saludable rica en otros alimentos alcalinos tales como los verduras y frutas, ya que sabemos que las enfermedades se producen cuando hay un estado ácido, producido especialmente al tener una dieta muy ¨acídica¨ (alcohol, café, carne, lácteos, alimentos procesados, azúcar, etc).
Otros beneficios de beber agua tibia con zumo de lima o limón al levantarse por las mañanas:
- Ayuda a la digestión
- 2. Es diurético, estimula la desintoxicación, reduciendo los niveles de ácido úrico.
- 3. Contribuye a mejorar el sistema linfático
- 4. Ayuda en la reducción de peso
- 5. Puede ayudar a mejorar el sistema inmune
Definitivamente, tomar naranjas o limones (en su caso agua con limón), ayuda de reducir el riesgo y la sintomalogía derivada del catarro común, además de mejorar el sistema inmune y su efecto antioxidante previene la aparición de algunos tipos de cáncer. Ojo a su efecto alcalino. Si el cuerpo tiene un exceso de ácido por una mala alimentación, estaremos predispuestos a sufrir enfermedades. Naranjas y limones combaten esa acidez tan perjudicial. Pon naranjas y limones en tu vida.